martes, 2 de noviembre de 2010

I have a dream

Es increíble como cambió todo. No para mal, al contrario, para bien. Esto era algo que tenía que pasar, de alguna forma había un quiebre que tenía que darse. La vida que él tenía no era buena para nadie y nos afectaba a todos. Capaz soy medio frio diciendo esto pero es lo que siento. Ya no hay más feo olor en casa, ese olor a encierro, a estufa prendida y todo cerrado por más que afuera haga 70 grados, pero como él vivía con frío, salvo mi habitación, todo lo demás permanecía cerrado. Todo está limpio ahora. La sensación horrible que tuve los primeros días cuando me tiraba un pedo o iba a cagar al baño (si, les juro) se está yendo. Ya no lo huelo a él cuando cago (esto no es irónico, es en serio, cuando murió tenía todo el culo cagado y el olor a mierda en mi casa era insoportable), y sé que todo esto es para mejor, aunque mi vieja no lo pueda ver ahora, aunque diga que no sabe si va a superarlo. Claro que va a superarlo. Y no me voy a poder sacar la imágen de como murió. Fue algo espantoso que hubiese deseado no vivir, pero soy una maquina de superar cosas y sé que esto va a pasar a ser otro capítulo en mi vida.

El problema de las enfermedades es que unen. Nos hacen olvidar de todo lo malo y es como si solo contara estár al lado de esa persona. Todo lo demás no existe. Los años de infelicidad se reemplazan por esa sensación horrible de "me quedo sola en este mundo", pero objetivamente la realidad es otra. Objetivamente las charlas sobre divorcio fueron muchas, y la infelicidad mutua también. Si tan solo nuestros padres tuvieran una mentalidad mas liberal y más parecida a la nuestra, estoy seguro que se divorciaria el 80%, pero como la gente antes se casaba "para toda la vida", no lo hacen.

Yo que sé. Me siento un poco culpable a veces. Podría haberme acercado más antes de que todo esto pasara? Yo hice lo que pude. Desde que tengo 14 años que no tengo relación con él, qué podría haber hecho? Igual asumo mi grado de culpa. La culpa de que él no haya salido adelante es de él, pero también de todos nosotros, su familia. Los que no le dimos una patada en el orto a tiempo como para que recupere el control de su vida.

El cancer fue lo mejor que pudo haberle pasado. Lo libró de una vida miserable y lo transportó a algún otro lugar.

Ya no tengo ganas de llorar. La casa se siente limpia, las cortinas están corridas, las ventanas abiertas. No hay suciedad. No hay más sangre. Y aunque mi vieja hoy se sienta sola, sé que va a estar bien.

3 comentarios:

Jesi dijo...

Sí... la vida sigue, y este tipo de situaciones al menos nos hacen reflexionar un poco cosas que antes las dábamos por sentado o no les dábamos pelota.

Beso!

Sandy K dijo...

Sos un amor Jesi, sos mi Anibal Fernandez.

Jesi dijo...

De una, tengo el mismo bigote.
Juro que esta noche pongo la cera a calentar.