sábado, 21 de abril de 2012

Expropiando vergas

Ay chicos, mi nuevo día de depresión es el sábado. Los domingos estoy rimbombante ahora pero los sábados me pegaría un tiro. No sé que sorete me ocurre los sábados. Debe ser por finalmente frenar después de una semana tremenda.

Este año, después de mi viaje por paises horribles de america latina, volví a Buenos Aires totalmente distinto. La decisión que siempre supe que iba a tener que tomar finalmente me pegó de frente pero la diferencia, esta vez, fue que antes tenía todo muy tapado y como que no quería pensar en esa decisión. De repente en Colombia fue todo fácil y lo que tenía que hacer surgió. Apareció. De la nada. Vino a mi mente. Me lo puso Conny Mendez. No tuve que tomar ninguna decisión porque vino tan natural que no pude creer cómo había tapado tantas cosas en mi vida con tanta facilidad. Volví a Buenos Aires y lo primero que hice fue inscribirme en teatro, en un taller literario, y en hip hop. Usé el mes y algo que me quedaba libre de vacaciones para terminar de escribir una novela que había empezado y dejado por la mitad hace algún tiempo. Y no me dio verguenza contarlo en ningún momento, ni me sentí un boludo por haberme dado cuenta de tantas cosas a los 27 años y no antes. Se dio así, y está bien.

El problema de juntar teatro, taller literario, hip hop, portugues, patin, cursada y trabajo, es que me levanto todos los días a las 6.30 de la mañana y llego a casa a las 22 hs. Todo bien, me la super banco. A veces tengo sueño pero nada que un raquetazo no pueda solucionar. Estoy ganando bastante más que el año pasado. Me ofrecieron la coordinación de un instituto. Estoy feliz. Estoy creciendo. Estoy corrigiendo y reescribiendo un montón de esa novela que había terminado en Marzo. Estoy actuando, y estoy bailando.

Y llega el sábado, y toda la hiperactividad se esfuma y lo único que quiero hacer es tirarme en la cama, dejar la puerta abierta de casa y que empiecen a entrar tipos con la chota al aire para que me la metan en la boca sin mediar palabra, me acaben dentro, y salir a regar las plantas al balcón con la guasca chorreando de la comisura de los labios. Ah, y también quiero mirar grey's anatomy. Hasta acá todo bien. A mi siempre me agarran bajones sin razón aparente. Son sensaciones. Sentimientos. Vienen y van. La tristeza viene y se va, igual que la felicidad y que todos los demás sentimientos. Trato de relajarme y saber que nada se queda estático. El problema es cuando se me cruza alguien, como este español que no sé que sorete flasheo pero es como que SE ENAMORO. Y me quiere ver, y me presiona, y a mi no hay nada peor que puedan hacerme, porque me conozco, y sé que estallo fácil.

Cuando se fue de mi casa el viernes temprano me empezó a mandar mensajes por whatsapp (programa de mierda, lo odio, encima te avisa cuando el otro recibe el mensaje así que ni tan siquiera podes mentir). Al principio pensé que estaba siendo correcto, simpático. Como cuando Emiliano me agradeció las magdalenas y el huevo frito que le hice la noche anterior y nunca más me volvió a escribir. Pero de repente me invitó a tomar un cafe esa misma mañana, y yo le metí una excusa obvio. Siempre me pasa igual. Duermo con alguien y de repente necesito espacio. No sirvo para ver a una misma persona todos los días. Me rompió tanto las pelotas que le terminé diciendo que se diera una vuelta por una oficina en una empresa en la que laburo. Y garchamos adentro. Cerré con llave y me colgué de su verga mientras Sarmiento me miraba, impoluto, desde arriba de una pizarra.

Cual fue el problema? Que después me quería ver a la noche, y hoy, y no para de escribirme. Yo le respondo cada cuatro horas, pero él es como que no se cansa. Y claro que lo entiendo. Toda la gente que no hace un sorete de su vida más que laburar es igual, pero una que hace millones de cosas NO TIENE TIEMPO. La gente no lo entiende. Piensan que sos forra, que nos los queres ver, y es partly true, para qué mentir, pero también está la posibilidad de que realmente no tengamos tiempo.

En fin, encima ya van varias veces que nos vemos y tiene un aliento como... caldoso. Calentito. No es a podrido pero es raro. Y es lindo, copado, muy divertido, tiene guita, pero les juro que si me preguntan HOY, les digo que se me fue todo el amor. De todas formas, esta vez no quiero cagarla. No quiero hacer lo de siempre. No quiero huir y a las dos semanas darme cuenta de que fui un idiota. Quiero intentarlo. Quiero seguir. Mañana nos vamos a ver y le voy a aclarar que estoy bastante ocupado y que no puedo verlo todo el fucking tiempo.

Ay dios mio, me voy a tomar unas hormonas femeninas a ver si me hacen menstruar de una vez por todas. Chauchis, le daré play a grey's anatomy y voy a vivir la vida de otros por un rato.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tenemos fotos de tu heladera preciosa pero ninguna de tus aventurijillas? Injuztizia.

Sandy K dijo...

injuztiziaaaaaaaakjhsfjkdagfjdgfjdgdljsgdsj