Party

Agustín tocó la puerta. Le abrí, lo abracé y escuché, "te extrañé". No respondí, obvio. Yo había estado pensando en dejarlo. No podía decirle eso, pero tampoco daba decirle que lo extrañaba porque claramente, no. Nos tiramos en la cama y chiste va chiste viene se empezó a frotar la verga contra mi culo. Le dije, "mira que no quiero acabar, eh" y se enojó. Nos quedamos los dos en la cama mirando el techo. De fondo sonaba Mariah Carey que hacía ver al cuadro de Marilyn Monroe que tengo colgado como masculino.

Empezamos a hablar y le blanquee todo. Capaz fui muy frontal, NO SE, pero me cansé y le dije que sentía que al momento de acabar, era YO Y MI IMAGINACIÓN solitas imaginando todo lo que me gustaría que estuviera pasando. Además, por si no le quedó claro, agregué que me costaba horrores acabar con él y que era la primera vez que me pasaba. O sea, es la verdad, chicos. A mi no me calienta nada de lo que él hace, y seguramente a él no le calienta lo que yo hago (sabemos que si le calienta, pero lo dije como para no quedar tan yoyoyoyo). También le dije que todo bien con el romanticismo y los buenos tratos, pero en la cama me encanta que me digan "chupamela, puto", "cómo te voy a romper el orto, puto". No sé, que me agarre la cabeza y me obligue a chuparsela. Que me frote la verga en la cara. Pero él nada. Estatuita de cera. Inmutado. Y yo como loca gimiendo como si me estuvieran cabalgando tres tipos. Me dijo que él es así con la gente ocasional que le chupa la pija (el flaco no coge pero se hace chupar la verga), pero que conmigo pensó que tenía que ser tierno. El muy idiota se toma todo al extremo. Uno debe ser un señor fuera de la cama y una terrible hembra dentro. UNA GEISHA. UNA PUTA. Está claro que no vamos a ir a comer a un restaurant y él me va a decir "entra, puto" con un cachetazo. No. Una autentica loba sabe cómo comportarse según el lugar. En la cama quiero que me abras las piernas, me escupas el orto, me sopapees el ano y me bombees sin piedad.

Después de tanta honestidad, obviamente no vino el amor y las cosquillitas a media luz. Le dije que se fuera porque tenía sueño. Eran las cuatro de la mañana y no quería que se quedara a dormir. En la calle me dijo que me quería y que evaluara.

Hoy me mandó unos mensajes diciendo que me iba a romper el orto y no sé qué otra clase de atrocidades sobreactuadas. Le di credito igual. Me dijo que intentemos hoy si o si. Como el lubricante anal que tengo contiene alcohol, no puedo usarlo por las hemorroides, así que corrí a Farmacity y, con @melquiadess en el celular, compré lidocaina en gel. En la casa de mi madre me dispensé con una tirita de Alplax. Hoy me tomo dos. También le robe otra pastillita sin nombre. No sé que será pero la tomaré. Estoy a punto de sacar unas bayas y hacer jarra loca.

Hoy o termino saltando sobre su pija, loca de contenta, o termino hospitalizada. Los mantendré al tanto de todo, prometo. Ni bien salga de mi casa, me conecto y actualizo el blog. Bueno, salvo que termine en el Pirovano.

Los amo. Recen por mi culo.