El proctologo y sandy, una historia de amor

Ay mis chiquitines, perdón que los tengo abandonados. Es que... bueno, es que nada. Es que no tenía ganas de escribir, pero acá estoy! Brindandome ENTERA para ustedes.

Quiero dejar a Agustin. Si. La última vez que nos vimos se murió la abuela y les juro, pensé que se había muerto en su boca y no en el hospital. Un aliento TREMENDO, chicos. Le dije que fuera al baño a hacerse buchecito pero el imbecil agarró el enjuague bucal white no sé qué de Colgate, que es como un chiste en tu boca. No te quema ni nada. Agarró ese en vez del Listerine que si hace un efecto loco y reparador de aliento. A todo eso le sumamos empanadas, que after queso, el aliento que queda es entre podrido y lacteo. Así y todo me las ingenié para acabar. Porque yo soy así. Acabadora. Me imagino que estoy con alguien más y acabo. El me dice que no le gusta cuando me caliento porque me transformo y me convierto en UNA LOBA SEDIENTA DE PIJA. Me dice que cuando estoy por acabar me chupa todo tres huevos y empiezo a gritar como loca y siente que me pongo agresiva. Que no me puede ni hablar. Y claro que no. Qué quiere decirme en ese momento? Acaso quiere contarme memorias de su infancia con su abuelita? No sé qué carajo espera. El otro día me dijo que quería escuchar Celine Dion. Si, Celine Dion. Celine Dion mientras me froto contra su pija y le digo "uh loco, que ganas de que me garches fuerte". De fondo "My heart will go on", claro.

Hasta ese día venía todo bien. Después no sé qué pasó. Desapareció todo lo que sentía. Todo. No sentí rechazo ni nada, simplemente no tuve más ganas de verlo y ni se me paraba la verga al pensar en él. Dejé pasar varios días, incluso el fin de semana pasado no lo vi porque fui a Lujan patinando y le metí el chamuyo de "tengo que entrenar". ENTRENAR! Gorda caradura. Eso soy.

Ayer finalmente lo vi. Vino a mi casa en el barrio residencial de Once. Estabamos tirados en la cama y en un momento saben lo que me dijo? "No me gusta como te queda ese speedo, parece lo que se ponen ESOS GORDOS CON TODOS LOS ROLLOS PARA AFUERA". Nunca me sentí más gorda y más inmunda, les juro. "Es hora de irte", le dije, y lo heché a patadas. En el ascensor ni le hablé. Agustin no entendía qué pasaba porque obvio que no lo hice tan evidente como para que se diera cuenta de que me molestó su comentario. Esperé un rato y le dije "andate, tengo sueño". Además me da bronca. Escuchame, tengo el culo como una roca, paradisimo, redondo. Son dos pelotas numero 5. No me jodan. LUCIANA SALAZAR QUISIERA TENER ESTA COLA.

El jueves fui al proctologo y me dio el alta. Me encanta el proctologo. Tiene los dientes medio verdes pero es tan simpático que a veces cuando me mete el dedo tengo ganas de darme vuelta y preguntarle si le gusta. Se rie de mis chistes, además. Y el jueves que fui sin mi amiga sentí que me dio tema de charla, pero no sé si lo hizo de copado o porque me la quiere colocar. Como siempre me acostó en la camilla y dijo "permiso, eh", "dele tranquilo, doctor", y me metió dedo e hizo circulitos como a mi me gusta. Me encanta que me meta dedo con guante. Nunca me lo habían hecho pero me gusta. Mucho. Ya compré un par de guantes de latex para cuando esté con alguien. Le voy a decir al flaco que se le ponga y me dedee duro.

El proctologo me ojeó el culo un rato y me dijo lo que tanto anhelaba desde que asumí que tenía hemorroides, ya está todo bien! Puedo volver a experimentar con el ano. Puedo coger, finalmente, con Agustín. El problema es que... ya no quiero coger con él. No me calienta. No quiero verlo. Quiero soplarle la kena hasta al portero pero no a él, que parece no darse cuenta de nada. Me sigue escribiendo "hola hermoso, nos vemos?". Pobre. Me da cosita porque es virgen. Esperó 30 años para conocer a alguien con quien sentirse comodo y querido. Me encontró a mi. La única persona que le generó la confianza suficiente como para meterla. Todo era ideal. Nuestra relación era ideal. Dos meses buenisimos, sin poder coger, pero buenisimos. Ahora puedo coger pero ya nada sirve. Nada. Y me da pena porque siento que si no garcha conmigo, no va a garchar más. O lo va a hacer a los 40 años cuando conozca a otra persona que le guste en serio.

Me voy a dar unos días para pensar y si sigo con estas ganas locas de meterme una manguera de bombero y abrir la canilla, lo dejaré y no miraré hacia atrás.